El Consorcio Museo de Arte Contemporáneo de Mataró, formado por el Ayuntamiento de Mataró y la Fundación Privada Carmen & Luis Bassat, celebra una década como referente de la colaboración público-privada en el ámbito cultural. Se trata de una iniciativa que apuesta desde Mataró por el arte y la cultura del país con el objetivo de contribuir a la conservación y divulgación del patrimonio colectivo.
Durante estos diez años se han presentado diez exposiciones únicamente con obras del fondo de la Colección, con un total de 851 piezas entre pinturas y esculturas y una cronología que cubre del 1911 hasta el 1999. Ahora se inaugura la décima exposición y la primera dedica a la década de los noventa, con una muestra de 78 obras hechas por 15 artistas, de los que Luis Bassat habla afectuosamente en el catálogo de la exposición. Se trata de la exposición más personal del coleccionista, ya que la práctica totalidad de las obras han estado colgadas en el domicilio personal de la familia.
Cuatro de estos artistas son nacidos antes de la guerra civil: Daniel Argimon, Monserrat Gudiol, Josep Pla-Narbona y Albert Ràfols-Casamada. Por lo tanto, en la década de los años noventa ya eran figuras “canonizadas” y consolidadas. Por otro lado, el grueso principal de esta selección cronológica está compuesta por los artistas nacidos a lo largo de la década del 1940, como Miguel Condé, Miguel Zapata, Jaume Genovart, Isabel Saludes, Rosa Codina-Esteve, Perecoll y Víctor Mira. Artistas que habían emergido durante los años setenta y que, dos décadas después, han revalidado su fulgurante irrupción en el panorama artístico. Finalmente, el grupo de artistas que en 1990, con apenas treinta y tantos años, han consolidado un lenguaje propio: Fernando Bellver, Josep Serra, Josep Maria Codina y Agustí Puig. Se trata de creadores que, más allá de los inevitables eclecticismos fundacionales, asistieron al cambio de paradigma de la posmodernidad.
En definitiva, una década rica en arte, en artistas ya conocidos de muchos años atrás y en los que empezaban a despuntar, y los unos y los otros conviven perfectamente bajo los arcos parabólicos que diseñó Gaudí por primera vez cuando construyó el maravilloso espacio que acoge desde hace diez años las exposiciones de la Colección: La Nau Gaudí