A lo largo de más de 40 años, Carmen y Luis Bassat han ido reuniendo una importante colección de obras de arte, que hoy constituye uno de los fondos más representativos del arte contemporáneo hecho en Cataluña durante la segunda mitad del siglo XX.
En 1973, una tarde, al salir de trabajar, Luis Bassat entró en la Galería Adriá de Barcelona. Tres horas después, había comprado el segundo cuadro de su vida y el 35% de la galería. Durante los siguientes siete años, conoció personalmente a buena parte de los jóvenes artistas catalanes de la época, visitó sus estudios, se interesó por sus obras e intentó promocionarlos internacionalmente, aprovechando sus frecuentes viajes profesionales a Nueva York, cosa que consiguió con Josep Guinovart: tres obras suyas en el museo Guggenheim, una exposición de obra reciente en la galeria Martha Jackson y una exposición antológica en el museo de Brooklyn.
A partir de ese momento, a su amor por el arte se sumó su afición al coleccionismo. El resultado es una colección privada de más de dos mil quinientas obras originales, que desde 2010 ha empezado a hacerse pública en el Museo de Arte Contemporáneo de Mataró.